Quizá eres de esas personas a las que le resulta más fácil comprender qué es el poliamor entendiendo lo que seguro que no es…
Pues bien, ten por seguro que el poliamor NO ES poligamia. La poligamia implica matrimonio y puede referirse a un hombre casado con varias mujeres o a una mujer casada con varios hombres. La poligamia suele guardar relación con sociedades tradicionales de territorios poco industrializados como ocurre en algunos países de África y el Medio Oriente, y en ciertas comunidades indígenas ajenas a la vida en los grandes núcleos urbanos. En España está prohibido contraer matrimonio con más de una persona. Además de su implicación con el matrimonio, que no es necesario en una relación poliamorosa, la poligamia no admite que las personas que forman ese matrimonio puedan ser del mismo sexo. El poliamor, por supuesto que si admite relaciones entre personas del mismo sexo.
El poliamor NO ES amor libre, ni intercambio de parejas, ni relación abierta, ni orgía.
Hemos englobado juntos estos conceptos bastante conocidos por la población porque habitualmente comparten, a diferencia del poliamor, poner en primera instancia las relaciones sexuales sobre el amor. Veamos las diferencias:
El poliamor no es amor libre porque las relaciones de amor libre, que tuvieron su auge en la revolución sexual de los años 60 del siglo XX coincidiendo con la eclosión del movimiento hippie, fueron parte de un movimiento que, bajo el lema «Haz el amor y no la guerra», pretendía ser un revulsivo contra las apocadas costumbres sexuales de décadas anteriores.
Una sexualidad desenfrenada y la búsqueda de la espiritualidad a través de la experiencia sexual se convirtió en norma en los grupos contraculturales de los jóvenes norteamericanos y europeos.
El poliamor no es intercambio de parejas porque, como su nombre indica, el intercambio de parejas implica que dos personas que guardan fidelidad amorosa acuerdan mantener relaciones sexuales esporádicas con otras dos personas que, igualmente, guardan fidelidad amorosa.
El poliamor no es relación abierta porque, como en el caso anterior, el punto de partida es siempre la pareja que, de mutuo acuerdo, permite a sus componentes mantener relaciones sexuales por separado con otras personas a modo de experiencia pero donde se debe mantener la fidelidad amorosa.
El poliamor no es orgía (ni trío, gangbang, etc.) porque el fin último de esta práctica es puramente sexual. La presencia del amor no se requiere en este tipo de relaciones.